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La revolución y el despertar de conciencia

  • Foto del escritor: Casa Om
    Casa Om
  • 21 mar 2020
  • 2 Min. de lectura

Hemos tenido un estallido social en nuestro país: el despertar de Chile, lo llaman algunos. Y de alguna forma ha sido así, aún cuando queda mucho que aprender, también ha servido como ejemplo para otros países. Pero hay un tema importantísimo que no debemos ni podemos obviar: el despertar de conciencia. Un proceso, una combinación de fases o etapas que debemos experimentar.

Hay una fase previa a la experiencia del despertar y es caracterizada por la experimentación de una crisis, es una etapa en la que hay mucho sufrimiento. Durante esta etapa oscura, sentimos como si todo se estuviera desmoronando, perdemos el control y tenemos una absoluta creencia de que vamos directo hacia "el final". El dolor emocional es muy intenso y hay mucho sufrimiento y desesperación. Todo esto es a causa del miedo; ¿el miedo a qué? A morir.


Quizá hoy día tenemos muchas razones obvias para tener miedos, ¿verdad? El desplome de la confianza en las instituciones, una revolución social y ahora una pandemia que nos hace cambiar abruptamente nuestro ritmo de vida.


Tiendes a pensar: "no puedo con esto, me voy a volver loco, nunca saldré de esto, quiero volver a sentirme como antes, necesito volver a la normalidad".

Es como si todas las fuerzas de la ilusión fueran reunidas para asegurarse de que no veas lo que estás al borde de ver.

Esta es la oscuridad antes del amanecer. Pues bien, estamos pasando por la primera etapa, consciente o inconscientemente.

Pero acá es donde debemos centrar nuestra atención: ¡no podemos permitir dejarnos envolver en esta escalada terrorista de la elite que no quiere este despertar! No le demos poder al miedo, intentemos transmutar este sentimiento elevando nuestra frecuencia vibratoria con más fuerza que antes.

Aprovechemos este tiempo de quedarnos en casa haciendo cosas por y para nosotr@s. Mírate, obsérvate, ve hacia tu interior, intenta mantener tu atención en lo fundamental: respira, estás viv@, agradece.

Trabaja tu mente, tu espíritu, y tu vehículo en esta vida, tu cuerpo.

Y por último, siempre hablamos de que lo único que tenemos claro, es "el aquí y el ahora"; pues este es el momento, ya no hay mas excusas, aprovéchalo, ¡hay mucho por hacer!


Abrazos.


Por Silvia Fernández.

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